palabras hacia él

Esculpiendo su propia imagen

Muchas son las personas que han querido expresar sus sentimientos, ideas y admiración por Mario Irarrázabal, estas son algunas de ellas.

Algunas palabras…

Mario Irarrázabal
Introducción a su libro; Humano. 08-08-1999.

Me gusta eso de crear un objeto concreto, real, tangible. Es que yo vivo pensando y soñando. Eso debo hacerlo materia. Una buena escultura tiene fuerza primitiva, mágica. Lo que busco es la dimensión mágica de la realidad, no lo esotérico.
Al crear ese objeto intento relacionarme con los demás. Busco crear una contraposición, una metáfora que sorprenda y sugiera. Busco decir algo sobre el sentido de la vida y la muerte, el odio y el sufrimiento, la entrega a los demás: el amor. Para esto no hay lenguaje más apropiado que el del arte.
La obra de arte encarna, hace vivencia. Intriga, divierte e interesa. Pero finalmente puede llegar a conmover.
Tal vez sea el cine el arte que más toca al hombre contemporáneo. Pero todas las artes confluyen, se potencian unas a otras.
El lenguaje del arte es abierto y metafórico: al presentarnos un mundo nos abre a otros. El arte es libre, juguetón, amoroso. Nos quiere maravillar y reencantar.

Nissim Sharim
Los desafíos éticos del presente (PNUD, 1999).

Transite por las zonas oscuras de la existencia, reúna los silencios necesarios, penetre las superficies de las cosas, convoque a hombres y mujeres, invénteles la verdad, hábleles despacio y con cariño, convierta el misterio en coloquio y luego transforme el coloquio en algo que seduzca, encante o conmueva. Así estará haciendo arte.

Ernesto Sábato
Sobre héroes y tumbas (fragmento adaptado).

Y pienso si no será siempre así, que el arte de nuestro tiempo, ese arte tenso y desgarrado, nazca invariablemente de nuestro desajuste, de nuestra ansiedad y nuestro descontento. Una especie de intento de reconciliación con el universo de esa raza de frágiles, inquietas y anhelantes criaturas que son los seres humanos.
Puesto que los animales no lo necesitan: les basta vivir... y al pájaro le basta con algunas semillitas o gusanos, un árbol donde construir su nido, grandes espacios para volar, y su vida transcurre desde el nacimiento hasta su muerte en un venturoso ritmo que no es desgarrado jamás ni por la desesperación metafísica ni por la locura.
Mientras que el hombre, al levantarse sobre las dos patas traseras y al convertir en un hacha la primera piedra filosa, instituyó las primeras bases de su grandeza pero también los orígenes de su angustia; porque con sus manos y con los instrumentos hechos con sus manos iba a erigir esa construcción tan potente y extraña que se llama cultura e iba a iniciar así su gran desgarramiento, ya que habrá dejado de ser un simple animal pero no habrá llegado a ser el dios que su espíritu le sugiera.

Ricardo Capponi
Psiquiatra, El Mercurio. 20-12-2008.

El teatro de nuestra mente Melanie Klein, al psicoanalizar a niños, observa que lo conflictivo no sólo se reprime, sino también se expulsa de la mente, ubicándolo en un objeto externo. Y los objetos externos ingresan a nuestra mente después de que los hemos revestido con nuestros conflictos. Cuando expulsamos un aspecto de nuestra propia persona y lo colocamos en el otro, lo que hacemos es proyectar. Cuando tomamos un aspecto de otra persona y lo hacemos propio, introyectamos. En ambos momentos psíquicos lo que sucede es un acto de identificación: uno reconoce un aspecto propio en el otro.
La mente se construye incorporando y expulsando personajes con los que nos identificamos, proceso que termina con la creación de un mundo interno plagado de estas criaturas. Se conforma algo así como un gran reparto de actores que adquirirán un rol protagónico cuando el medioambiente los active y los impulse al escenario.
Se les otorga un espacio propio a personajes que a veces nos resultan difíciles de modificar, pero que al incorporarlos desarrollaremos en nosotros mismos una identidad auténtica y original. Hay circunstancias y personas que son nocivas y tóxicas, nos empeoran. Otras que son beneficiosas y nutritivas, nos hacen bien. La obra de arte, el encuentro con una obra de arte, puede ser interesante y saludable. La obra de arte nos produce una experiencia de placer y satisfacción. El grado de placer está relacionado con el goce sensorial. El grado de satisfacción con el descubrimiento de sentido y significado de los enigmas y misterios de nuestra existencia. Esta gratificación nos da paz y sensación de bienestar.
En la mente, nuestros personajes internos tienen una tendencia natural hacia el placer sensorial y hacia la descarga de tensión. La gratificación obtenida por la comprensión de nuestros enigmas existenciales implica trabajo y esfuerzo emocional, porque son temas que duelen; a veces hasta repugnan, y otras nos pueden asustar y agobiar.
Aquí va el valor de la obra de arte. Es una invitación sugestiva, sin imposición, a una búsqueda de sentido y a una comprensión de nuestros conflictos, pero sólo en la medida de nuestras capacidades emocionales. Nos remueve el problema en la dosis en que podemos digerirlo y simultáneamente nos premia con el goce estético sensorial.
¿Y por qué la obra de arte alberga este privilegio? Porque el artista fue capaz de percibir el conflicto con tal profundidad, conectarlo con pensamientos y emociones de tal riqueza, que dio a luz un símbolo. Un símbolo que tiene la cualidad de permitir acercarnos al conflicto sin despertar emociones abrumadoras que nos alejen de él. Un símbolo que, mientras más universal y creativo sea, mayor será su impacto estético y el grado de conocimiento que obtendremos a través de él.

Silvia Selowsky
Revista Ercilla. 23-10-1974.

Sus estudios de teología, arte y filosofía se conectan en su motivación humanista, que partiera de temas religiosos para llegar a expresiones más humanistas y universales.

Antonio Romera
El Mercurio. 27-10-1974.

El designio está claro. Captar lo que condiciona, fundamenta y marca la vida del hombre sobre la tierra. Me refiero a cosas esenciales. El modo de esculpir del joven artista está anegado de humanismo. Señalaba el tamaño reducido de las obras, pero éstas producen en quienes las contemplan una sensación cabal de monumentalismo.

Milan Ivelic
Catálogo exposición Cuatro escultores Galería Imagen. 19-05-1976.

Mario Irarrázabal nos muestra su inquietud por el destino del hombre en sus pequeñas figuras... para sugerir la enorme dificultad del reencuentro del hombre consigo mismo y con los demás. La visión del escultor es inquisidora, a veces mordaz e irónica, pero siempre preocupada por el sentido de la vida humana.

Luz María Llona
El Mercurio. 30-05-1976.

Mario Irarrázabal se expresa por medio de hombres pequeños, que ha concebido tal vez en su imaginación enriquecida por los estudios de teología. ¿Será así como nos ve el Creador? Pequeños y soberbios, sin embargo sólidamente instalados sobre un suelo del que nos hemos apropiado.

Luz María Williamson
Mayo, 1977. El hombre, única y eterna inquietud de Mario Irarrázabal. El ser humano de hoy. El hombre alienado, anónimo, solo. A pesar de que pudiera haber tanto pesimismo, en todo momento hay una apertura, un quiebre, un cambio, una esperanza. Es este un artista que no sólo conoce al ser humano, sino que lo ama. Tiene fe en él.

Milan Ivelic
La escultura chilena Serie El Patrimonio Cultural Chileno, 1978.

Desde su primera muestra en 1970 la ruta del escultor quedó claramente definida y sus exposiciones posteriores no harán más que ratificar el camino elegido. Su obra nos habla de un lenguaje figurativo muy particular y marcado por su espíritu inquisitivo, profundamente inquieto por problemas fundamentales del hombre: la injusticia, la incomunicación, la soledad, la desvalidez. Él es enfáticamente partidario de la expresión directa en su significación, evitando cualquier hermetismo. El tema lo presenta de manera tal que el espectador difícilmente podrá desorientarse o desviarse y, menos, caer en la incomprensión. Pero conviene señalar que lo temático no significa lo simplemente anecdótico o literario. Al contrario, esos medios, su manejo expresivo, permiten que contenga en sí mismo el significado. El escultor anula la distancia entre el significado y el significante: ambos son consubstanciales al tratamiento del volumen y sus superficies. Recrea la anatomía humana mediante un intenso expresionismo. A pesar del pequeño formato de la mayor parte de sus esculturas, no se pierde el sentido monumental. La obra de cualquier artista auténtico es reveladora de su cosmovisión de la vida y del mundo. La obra de Mario Irarrázabal trasunta su actitud crítica frente a la realidad humana y, al mismo tiempo, es una proyección de sus convicciones religiosas. Frente al espectáculo del deterioro espiritual, conserva la esperanza en la redención del hombre por el amor.

Milan Ivelic
Catálogo exposición Escultura megalítica Instituto Cultural de Las Condes, 1985.

Esta exposición de Mario Irarrázabal reactiva aquellos momentos mágicos, reivindica el derecho de la escultura a reencontrarse con sus propios orígenes y a alzarse en su espacio natural. El escultor anhela recuperar esos orígenes y levantar la obra en el espacio que le pertenece: el espacio público. La obra en y para la comunidad.

Waldemar Sommer
El Mercurio 06-12-1992.

Serie temática recurrente en la obra de Mario Irarrázabal son los bloques, epicentro material y símbolo. Símbolo de poder para oprimidos y opresores, mundo escénico para actitudes del hombre contemporáneo. Se trata de una visión dolorosa del ser humano. Sin embargo, surge ésta más dramática que trágica, puesto que siempre una brizna de optimismo, de esperanza, la acompaña. Y ese ánimo positivo pareciera hacerse patente de varias maneras: a través del ademán contemplativo y de espera de sus personajes, a través de la dignidad de su porte, de la disposición solidaria que adoptan, del dinamismo reposado y pacífico con que llegan a desplazarse. A ellos les basta, ante todo, una presencia silenciosa para denunciar circunstancias que han contrariado sus ideales.

Carolina Abell
Catálogo exposición. 50 años de escultura contemporánea chilena, 1996.

Ello ha hecho que su obra, de punta a cabo, sea humana y esperanzadora. Alguna vez ha incentivado la “revolución silenciosa”, aunque a voz en materia. Otras ha criticado al poder, a la doblez del hombre, a la debilidad humana. Y muchas más, ha incentivado la vida a través de la puerta de la mujer, la luz de Jesucristo o apropiándose de la naturaleza, como se ha visto en Uruguay, Chile y Venecia.

Enrique Solanich
Escultura en Chile. Otra mirada para su estudio, 2000.

En Alemania clarifica su vocación y filiación expresionista figurativa. El estilo calza con sus preocupaciones religiosas y místicas. Centra su trabajo en el hombre y asume la aflicción, injusticia y soledad contemporánea como temas revelantes. Bronces de pequeños formatos muestran sus recursos expresivos, distorsionando anatomías. Cuando aborda realizaciones de gran tamaño reluce su clara concepción monumental de la masa y el espacio.

Gaspar Galaz
Chile 100 años artes visuales. 2° período, 2000.

En Chile, los años iniciales de la década se caracterizan por la efervescencia política y social. Tres regímenes políticos, tan distintos como divergentes, se suceden en breve tiempo. En el campo escultórico chileno se han manifestado variadas propuestas individuales caracterizando a esta disciplina como lenguaje sostenido por particularidades aisladas. Por su parte, Mario Irarrázabal da especial atención a la configuración de un contenido iconográfico que delate el comportamiento del colectivo, centrando su trabajo en el hombre y su contingencia. La creatividad y proposición temática de este artista nos descoloca permanentemente en obras que escapan o se distancian de la definición de escultura. Irarrázabal va desde la pequeña escultura en bronce a la gigantesca mano semienterrada en la playa de Punta del Este, o pasando de la instalación de sillas y caballos Balancín de niños (Museo Nacional de Bellas Artes, Sala Matta, 1981 ) hasta la obra de la Bienal de Valparaíso en 1987, donde la participación del espectador es clave para complementar el significado de dicha obra.